sábado, 30 de mayo de 2009

La importancia del sexo en la vida

Suele compararse la actividad sexual con la de comer y esta comparación resulta eficiente para muchas cosas. Si por algún motivo, el que sea, dejas de comer un tiempo o comes muy poco, tu apetito disminuye. Esto también ocurre con el sexo: si dejas de practicarlo, tu deseo sexual merma. Comer bien y saludable, te hace bien a nivel físico y psíquico, igual con buen sexo. Sin embargo, hay una diferencia fundamental: sin comer no sobrevives; sin actividad sexual (compartida o en solitario), podemos vivir y hasta ser felices.

Soy consciente de que esta no es la clase de comentario que se espera de una sexóloga, pero me parece importante decirlo porque siento que se hace escaso favor al bienestar de las personas cuando la vida sexual se pone en el centro de la vida ya sea para castigarla o para idealizarla.

Personalmente, prefiero la comparación con cualquier sentido: vista, olfato, oído, etc. El sexo como un sex(t)o sentido integrador. Una persona ciega puede ser perfectamente sana y feliz. En cambio, lo que me cuesta más entender y aceptar (aunque por principio siempre lo respete) es que alguien con perfecto sentido de vista, opte por vendarse los ojos de manera permanente o prolongada con cualquier argumento (es que lo que he visto ha sido horrible; es que así soy auditivamente, táctilmente, etc. más sensible; es que disfrutar de tantos colores y formas es un desorden y moralmente criticable; es que...). Es que terminará por dañar su nervio óptico y no poder ver ni aunque lo desee (o tendrá que hacer demasiados esfuerzos para conseguirlo).

El sexo es una de tantas actividades placenteras en la vida, saludable a todos los niveles, gratificante, etc., pero convertirlo en tarea, en "el tema" o el asunto con que medimos éxitos, es la mejor receta para fastidiarlo. Nadie va por la vida evaluando constantemente su capacidad auditiva, simplemente disfruta, casi sin darse cuenta, del canto de los pájaros, de las voces de personas queridas, de la música y evita ruidos que le irritan o le dañan. ¡Por supuesto si nota pérdidas acude a un especialista! De tanto en tanto, hasta hace un control, pero no se asusta cuando estando en avión, se tapan los oídos. Se dice: "es lógico en estas circunstancias" y sólo consulta si el malestar no desaparece.

A mí no me sobran clientes, en absoluto (la crisis, la crisis, ¡ay!) pero tampoco sobra en el mundo gente feliz e inventar problemas donde no los hay nunca he podido verlo como negocio.

¿Será posible banalizar el sexo para quitarle cargas?

1 comentario:

Oteaba Auer dijo...

Poco que añadir. Queda patente en este post, la calidad humana que te caracteriza, amen de la profesional. En momento desmitificas muchas cuestiones en este "pensamniento en voz alta" que has creado.
Una de tus últimas actividades la tuviste hablando en el Parlamento Catalán, reivindicando una serie de derechos de personas marginadas...Siempre al lado de los más débiles y con la sencillez propia que caracteriza a l@s inteligentes...
Me remito también a cuando en un uno de tus espacios de ocio que es Second Life, ayudas a gente con algun problema o desinteresadamente das charlas..en fin...Te conozco mucho como para saber de lo que hablo:)..
Un abrazo