jueves, 29 de mayo de 2014

Otro video "de moda"

Últimamente la televisión, incluso en horario de noticias, comenta sobre ciertos videos “virales”. Ayer, 28 de mayo, en un noticiario, volví a ver el video que compara las reacciones de la gente en una calle en Reino Unido cuando un hombre maltrata a su compañera o cuando es ella quién lo agrede a él.

El video:
http://www.trueactivist.com/this-is-what-happens-when-the-public-sees-a-woman-abusing-a-man/

Dado que en ese noticiario también escuché la misma interpretación que en alguna entrada en Facebook, absolutamente diferente de la que hice yo apenas lo vi, y porque entiendo que esa manera de interpretar el video se está convirtiendo en la lectura hegemónica del mismo (no voy a analizar el por qué; me parece demasiado obvio, aunque no sepa si fue esa o no la intención de lxs creadores del mismo), expongo aquí la mía para ofrecer diversidad, digamos…

Entender la violencia del tipo que sea, requiere entender sus causas. Sólo así podemos actuar ofreciendo a quién la practica, alternativas de acción más deseables. Por supuesto, lo mismo ocurre con la violencia de género.

Cuando decimos “violencia de género”, decimos conductas abusivas, violentas (no sólo físicamente) que tienen su origen en la convicción de que hay sólo un bagaje de conductas posibles si eres hombre y sólo uno si eres mujer. Que, además, no hay más alternativas que ser lo uno o la otra y que para serlo bien, “de verdad”, debes ajustarte a ese bagaje de conductas. Esto produce la posibilidad (y en la práctica no crítica, la obligatoriedad) de actuar o de recibir una acción dentro de una muy determinada y restrictiva gama de conductas. Vale decir, una acción es realizable POR y actúa CONTRA en un solo sentido (el que mandan las categorías de género: masculino/femenino).

¿Por qué actúan como lo hacen las personas que reaccionan en este video cuando ven a una mujer maltratada por su compañero? Porque el sistema sexo y género patriarcal dice/manda que las mujeres somos débiles y subordinadas a los hombres –y de hecho, en un mundo organizado bajo este sistema, lo somos; ¡es para provocar ese efecto que el sistema existe!-

El feminismo se ha ocupado durante años en mostrar que esta “debilidad” de las mujeres es un efecto del sistema y no contribuye a un mundo mejor, justo; que se trata de una producción cultural, una construcción que sostenemos y que podemos y debemos cambiar para beneficio de todas las personas. A día de hoy y como resultado de ese esfuerzo de las feministas, tal vez sin entender profundamente su significado, la gente está más o menos concientizada de que tratar mal a una mujer está mal… e interviene. Y eso es deseable, eso es bueno.

¿Por qué actúan como lo hacen las personas que reaccionan en este video cuando ven a un hombre maltratado por su compañera? Porque el sistema sexo y género patriarcal dice que los hombres son fuertes y deben dirigir no sólo a las mujeres, sino el mundo –y de hecho, en un mundo organizado bajo este sistema, lo son; ¡es para provocar ese efecto que el sistema existe!-.

El feminismo, sostenido especial y casi exclusivamente por mujeres, se ha ocupado poco de los costes que esa idea de fortaleza dicha/mandada para los hombres, tiene sobre ellos. Estábamos demasiado ocupadas en la urgencia de luchar contra los efectos devastadores que esa idea de fortaleza masculina tiene sobre las mujeres en especial y el mundo en general: el medio ambiente, los menores, las personas transgénero, las homosexuales, la paz mundial, la economía, etc. Esto ha cambiado en los últimos años en que se nos han sumado movimientos de hombres feministas más activistas que los de los primeros años (que solían sólo teorizar de manera feminista, pero no ser activistas).

Por eso, las personas que veis en el video, reaccionan como lo hacen ante un hombre que está siendo maltratado: lo ven “débil”, lo ven “feminizado” y el sistema patriarcal les ha enseñado que nada puede ser más risible y ridículo que un hombre que, pareciéndolo para las coordenadas del sistema (parece macho, parece heterosexual porque tiene compañera; si es macho y hetero debiera ser masculino -otro tema que ya he discutido por absurdo, pero en el que no entraré ahora-), se muestra “débil”.
Ví el video y pensé: “Puede que la intención sea buena (tengo alguna dudilla), pero sin más explicación, la interpretación de una cuestión generalizada, naturalizada, sistemática (coherente con el sistema sexo género patriarcal que la produce y reproduce), será analogada a la otra cuestión personal, particular (sin apoyo de ningún sistema porque, lo voy a decir alto y claro, aunque llevemos siglos diciéndolo muchas y algunos: el feminismo no pretende una inversión de roles; no está en nuestro deseo someter a “los hombres”, sino eliminar el sometimiento de las relaciones entre personas)”.

Ese hombre está siendo víctima de violencia de género, sí, pero no por parte de su compañera (que es violenta contra él, sí; ella, a título individual, no sostenida por un sistema: no existe dicho sistema... ¡menos mal!). Él recibe dos violencias: la de su compañera y la de las personas se ríen de la situación que, al romper las lógicas con las que miran el mundo, aún sin ser conscientes de ello, les produce un efecto más fuerte que el de la violencia a la que desearíamos, pusieran atención.

La violencia es violencia y hay que eliminarla.

La violencia de una persona agresiva, que no sabe gestionar sus emociones, requiere un trabajo individual (y como acción inmediata para quien la padece como receptor/a: marcharse, protegerse, denunciar). La violencia que incluso cuesta reconocer y demostrar porque el sistema (el que sea), la sostiene, la naturaliza, la produce y reproduce, requiere un trabajo social (y también uno personal). (Voy a dejar la discusión individual/ social que es muy tramposa, para otro momento; aquí me es funcional, aunque sea una simplificación).

Mi sensación ante el video fue: ¡Necesitamos aún más feminismo! Necesitamos el feminismo, el antipatriarcado, de muchos más hombres que hagan el trabajo que nosotras, las feministas, ya hemos hecho y seguimos haciendo sobre nosotras mismas y sobre el mundo. Hay muchos, están ahí fuera, agrupados, trabajando sobre sí y sobre el mundo. Conozco y admiro a varios de ellos. No es fácil hacer ese trabajo de autoconciencia, no es fácil cuestionarse y cuestionar la sociedad en que vivimos y que sostenemos; hace falta mucho coraje y temple. Uniros a ellos y empezad. Muchas de nosotras os estamos esperando llenas de ilusión.

1 comentario:

Flavia dijo...

El detallado análisis de Miguel Lorente:

http://blogs.elpais.com/autopsia/2014/05/los-tramposos-y-su-v%C3%ADdeo-trampa-hombres-al-borde-de-un-ataque-de-nervios.html